Los cantorales son libros litúrgicos de gran tamaño usados en el pasado por las instituciones religiosas. Colocados sobre el facistol, los miembros del coro los empleaban para cantar durante la liturgia, convirtiéndose así en elementos imprescindibles en las celebraciones religiosas y llegándose a utilizar varias veces al día a pesar de su peso.
En su elaboración participaban un gran número de artesanos que con sus distintos oficios dotaban a la obra de una gran riqueza documental, histórica y artística. Pero no sólo tienen un valor tangible; estos grandes libros son una importante fuente de información etnológica, ya que son el resultado de la impronta de distintos oficios artesanales.
Por desgracia, a pesar del “valor” y la consideración de la que gozaron en el pasado, hoy, el desuso ha marcado el estado lamentable de conservación en el que se encuentran muchos de ellos.


sábado, 26 de octubre de 2013

LOS LIBROS DE CORO Y LOS NIÑOS

En mayo viví una experiencia única al poder acercar el mundo de los libros de coro a los más pequeños gracias a mi querida amiga Ana. La actividad fue realizada en la localidad de Dos Hermanas (Sevilla) aprovechando la asistencia de un grupo de escolares de entre siete y diez años a las clases de catequesis en la Iglesia de Santa María Magdalena. Para la ocasión realicé una reproducción de un cantoral a tamaño real en goma EVA©, material habitual en las actividades manuales que se realizan en los centros escolares e infantiles. En las tapas imité incluso en este material los elementos metálicos. Por cierto, Ana, gracias por realizarle la funda donde lo tengo guardado.
Comencé exponiéndoles algunos conceptos básicos sobre la conservación del patrimonio, para acto seguido mostrarles lo que era un cantoral mediante una serie de imágenes que había realizado una compañera ilustradora. En una de las hojas centrales reproduje la hoja de un libro de coro con el comienzo del Ave María, texto que incluso nos atrevimos todos a cantar. Para finalizar la actividad realizaron una serie de dibujos sobre lo que más les había llamado la atención sobre estos libros litúrgicos; hoy día aún los mantengo guardados entre las últimas hojas del cantoral.
A pesar de haber participado en varias ocasiones en distintas jornadas relacionadas con la difusión de los cantorales, el sector infantil era el que me producía más respeto dado lo complejo que puede resultar acercar este tipo de libros a un niño. Tras haber realizado la actividad tengo que reconocer que ha sido una de las más gratas, convirtiéndose en sí en una experiencia digna de repetir.