Los cantorales son libros litúrgicos de gran tamaño usados en el pasado por las instituciones religiosas. Colocados sobre el facistol, los miembros del coro los empleaban para cantar durante la liturgia, convirtiéndose así en elementos imprescindibles en las celebraciones religiosas y llegándose a utilizar varias veces al día a pesar de su peso.
En su elaboración participaban un gran número de artesanos que con sus distintos oficios dotaban a la obra de una gran riqueza documental, histórica y artística. Pero no sólo tienen un valor tangible; estos grandes libros son una importante fuente de información etnológica, ya que son el resultado de la impronta de distintos oficios artesanales.
Por desgracia, a pesar del “valor” y la consideración de la que gozaron en el pasado, hoy, el desuso ha marcado el estado lamentable de conservación en el que se encuentran muchos de ellos.


domingo, 3 de noviembre de 2013

EXPOSICIÓN DE CANTORALES EN EL ARCHIVO GENERAL DE ANDALUCÍA

Este verano tuve la fortuna de poder admirar tres grandes cantorales expuestos en el Archivo General de Andalucía (Sevilla), durante los meses de julio y agosto de 2013.
En el trasfondo de esta exposición se encuentra por desgracia la intima relación que suelen guardar estos libros con el hurto. Estos libros de coro fueron encontrados en 1990 en un registro producido en una residencia de Visalia (California) y la policía federal estadounidense concluyó que se trataba de un robo perpetrado en 1968 en una iglesia o convento sevillano. Los cantorales fueron entregados al Cónsul General de España en San Francisco y posteriormente fueron enviados por valija diplomática al Ministerio de Asuntos Exteriores en Madrid; finalmente al formar parte del Patrimonio Documental Andaluz, hoy se encuentran en el mencionado archivo ya que no se ha averiguado concluyentemente a cual podrían pertenecer. A pesar de este caso, por desgracia, en la actualidad las denuncias por hurtos o robos en las iglesias en general suelen archivarse casi de inmediato, por la falta de documentación que las fundamente. De ahí la importancia al menos del inventariado de los libros corales y especialmente del registro, al menos, de sus principales ilustraciones.