El pasado mes de marzo tuve la oportunidad de organizar un
pequeño curso de encuadernación en la Facultad de Bellas Artes de la
Universidad de Sevilla. Tras exponer una serie de conceptos básicos sobre los
elementos fundamentales del libro y la historia de la encuadernación nos
dispusimos a realizar una maqueta. Fue una experiencia genial comprobar como
con un solo modelo de encuadernación la creatividad no tiene límites. Muchas
gracias a los asistentes, en los que espero haber encendido el interés por la
encuadernación.
Los cantorales son libros litúrgicos de gran tamaño usados en el pasado por las instituciones religiosas. Colocados sobre el facistol, los miembros del coro los empleaban para cantar durante la liturgia, convirtiéndose así en elementos imprescindibles en las celebraciones religiosas y llegándose a utilizar varias veces al día a pesar de su peso.
En su elaboración participaban un gran número de artesanos que con sus distintos oficios dotaban a la obra de una gran riqueza documental, histórica y artística. Pero no sólo tienen un valor tangible; estos grandes libros son una importante fuente de información etnológica, ya que son el resultado de la impronta de distintos oficios artesanales.
Por desgracia, a pesar del “valor” y la consideración de la que gozaron en el pasado, hoy, el desuso ha marcado el estado lamentable de conservación en el que se encuentran muchos de ellos.
En su elaboración participaban un gran número de artesanos que con sus distintos oficios dotaban a la obra de una gran riqueza documental, histórica y artística. Pero no sólo tienen un valor tangible; estos grandes libros son una importante fuente de información etnológica, ya que son el resultado de la impronta de distintos oficios artesanales.
Por desgracia, a pesar del “valor” y la consideración de la que gozaron en el pasado, hoy, el desuso ha marcado el estado lamentable de conservación en el que se encuentran muchos de ellos.